jueves, 13 de febrero de 2014

NBA: Camisetas con manga, ¿moda o negocio?

Todo comenzó el 22 de febrero de 2013. Casi hace un año. Golden State Warriors se lanzaban al Oracle Arena para recibir a San Antonio Spurs con un peculiar atuendo: camisetas con mangas. Sí, las tradicionales musculosas que caracterizan al baloncesto se tomaron feriado por, hasta el momento, una noche.

Los objetivos mercadotécnicos de la NBA, impulsados por el recientemente ex-Comisionado David Stern, se han arriesgado por una nueva moda que, al ser una alteración de lo típico, instiga a la compra masiva del producto novedoso, generando nuevos ingresos. Además, Adidas, empresa encargada de los diseños de las camisetas, intenta crear una nueva moda en la sociedad: que las prendas sean parte de la vestimenta cotidiana de los ciudadanos, como sucede con las de fútbol, por ejemplo.

Primera aparición de las cuestionadas camisetas con mangas de la NBA.
  
Estas camisetas con mangas también conllevan a una nueva fuente de dinero: las publicidades. En los juegos de la Navidad pasada, el espacio de tela que invadía el brazo izquierdo fue ocupado por el número del jugador que lucía la prenda, cambiando su ubicación por la clásica del pecho, ahora usado para mostrar solamente el escudo de la franquicia. El próximo 16 de febrero, cuando se juegue el All-Star, estará presente ésta particular indumentaria. La firma de la ropa será el “conejillo de india” para los futuros mensajes publicitarios: el logotipo de Adidas estará en la manga, esta vez del lado derecho.

“Entiendo que nos encontramos en una época donde todo es innovación y me imagino que es el primer paso para tener publicidad en las camisetas”, opina el entrenador George Karl, crítico de esta nueva moda pero optimista en los negocios.

Hace ya cinco años, el par femenino de la liga, la WNBA, cuenta con equipos con publicidades en sus camisetas. Pero, ojo, nunca tuvieron la necesidad de romper con el original diseño basquetbolístico. Al igual que el resto de los equipos asociados con la FIBA. Phoenix Mercury fue el primer cuadro estadounidense en cederle espacio de la camiseta a sus sponsors cuando firmó un contrato con la empresa LifeLock.

Diana Taurasi y Brittney Griner, figuras de Phoenix Mercury.

Sin duda alguna, este revolucionario cambio fue criticado por los jugadores, dirigentes y hasta por los propios aficionados, los mismos que las consumen. “¿Qué es eso? ¡Mantenlo alejado!”, compartió su repudio el pívot de Indiana Pacers, Roy Hibbert, mediante la red social Twitter cuando notó la nueva adquisición de la mayoría de los equipos en la Liga de Verano. "Los jugadores que participaron en los partidos del Día de Navidad se parecían a los luchadores de un equipo colegial de lucha libre", opina el dueño de Mavericks, Mark Cuban, y agrega: “no creo que es necesario que estrellas como James y Durant tengan que ponérselas en la acción del juego con el objetivo de venderlas”.

Al propio LeBron James, figura de Miami Heat, también se lo nota disconforme con esta decisión. "No soy un gran fan de las camisetas con mangas, pero bueno", evalúa el último MVP de la liga, y añade: “No puedo tener a mis lanzadores más preocupados por las mangas de una camiseta que por tirar a canasta”.

El acostumbramiento a las camisetas sin mangas les proporcionó a la gran mayoría de los jugadores, luego del cambio, una pérdida de la libertad a la hora de ejecutar su juego. Sin embargo, desde la marca que viste a todos los equipos de la NBA advierten que “han hecho un montón de pruebas y no vimos ningún impacto en el desarrollo”.

Kevin Durant (OKC) ante la marca de JR Smith (NYN) en los juegos de Navidad, con las camisetas con mangas.

Al parecer, ésta nueva moda no tiene fecha de caducidad ni garantía eterna, pero sí de que va a quedar un largo tiempo en el mercado y en las canchas. Equipos como Clippers o Timberwolves tienen en sus opciones de equipación a estas criticadas camisetas con mangas.


Por ahora, a esperar que las míticas musculosas no desaparezcan del parquet…

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Al ritmo de la samba...

Cada día falta menos. Cada hora, minuto, segundo falta menos. El Mundial de Brasil está a la vuelta de la esquina y nadie se lo quiere perder ni, mucho menos, estar entre los mejores.
Ya están los 32 equipos confirmados pero no todavía el orden de los grupos. La modalidad cambió: los cabezas de serie están determinados según el ranking de la FIFA, además del organizador. Entonces, muchas de las grandes potencias que fueron irregulares a lo largo del año como Italia, Inglaterra, Portugal o Países Bajos, ocuparán el segundo bolillero, lo que posibilita las chances de que el famoso "grupo de la muerte" se multiplique en varias partes. Incluso la poderosa Francia, clasificada ayer, ocupará el tercer lugar de una de las divisiones, al igual que Chile y los siempre difíciles africanos, como Nigeria o Camerún.
Mientras tanto, el 6 de diciembre se dejarán un poco de lado las expectativas para conocerse la realidad. Costa do Sauípe será la sede designada para determinar como serán las ochos zonas que seleccionen a sus dos mejores para la fase final.
La mascota es un armadillo, extinto en Brasil,
llamado "Fulenco", combinación entre fútbol y ecología.
Las apuestas, al igual que el fútbol, siempre serán una lotería. La última campeona mundial, España, es una de las grandes candidatas a quedarse con el trofeo, pero sus últimas actuaciones no la han favorecido mucho. De hecho, muy recientemente derrotó a un pobrísimo Guinea Ecuatorial con un simple 2-1 y cayó ante Sudáfrica. 
Sin lugar a dudas, el podio de los favoritos esta integrado por Alemania, Argentina y Brasil. No importa el orden, están nombradas alfabéticamente para no generar polémica. El local siempre es candidato, y más cuando es el pentacampeón del mundo. La hinchada no le jugará en contra para los jugadores brasileños que, aunque no tienen mucha experiencia en mundiales, brillarán al igual que lo hacen en sus equipos, individualmente, así como con la camiseta amarilla y verde en la Copa Confederaciones pasada.
El fútbol alemán está pasando uno de sus mejores momentos de su historia. La final de la Champions League, el torneo europeo de clubes más importante del continente, fue toda para ellos: Bayern Munich frente a Borussia Dortmund. Jugadores de primerísimo nivel como Neuer, Lahm, Schweinsteiger, Götze, Özil y Müller, evidencian el claro talento alemán que los aventaja sobre los demás.
La selección argentina, por su parte, cuenta con una exquisita variedad de jugadores ofensivos pero, las zonas más cercanas al propio arco sigue siendo el punto flaco. Los nombres de Di María, Agüero, Higuaín y Messi asustan a cualquier defensa, pero los de Rojo, Garay, Fernández o Zabaleta incrementan el positivismo del delantero rival. Mucho más cuando el arquero, Sergio Romero, no tiene continuidad en el Mónaco, donde es suplente del croata Subašić
Los otros cuatro cabezas de serie son Colombia, Bélgica, Uruguay y Suiza. ¿Sorprendente? Sí, mucho. Y más cuando se sabe de la participación de grandes como Holanda o Italia, los dos primeros clasificados del continente europeo, mientras que el conjunto uruguayo recién hoy selló su pase a la competencia, ganándole a una tibia Jordania.
Magnífico lo de los colombianos y belgas. El café y la cerveza dieron el salto a lo más alto inclinándose con el cuarto y quinto puesto del ranking, respectivamente. Falcao y Hazard serán los líderes de estos conjuntos que intentarán deslumbrar al mundo con su fútbol.
Cuadro aparte para América. Nunca hubo tantos en un sólo Mundial: diez. Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Uruguay, Estados Unidos, Costa Rica, Honduras y México. Récord.
La Copa Mundial de la FIFA podrá disputar su último torneo. Reglamentariamente, el país que tenga la oportunidad de alzarla por tercera vez, se la lleva. Es por eso que si Alemania (campeón en 1974 y 1990), Argentina (vencedor en 1978 y 1986), Italia (ganador en 1982 y 2006) o Brasil (coronándose en 1994 y 2002) repiten sus hazañas, se quedarán con el trofeo para siempre en sus casas.
Ahora sólo falta esperar. Y a disfrutar cuando llegue, ya que pasa solamente cada cuatro años y los corazones palpitan al compás de los 90 minutos. Fútbol, señores...